Análisis de Pathfinder: Kingmaker Definitive Edition

Pathfinder: Kingmaker es uno de esos juegos que quiere recuperar la esencia del rol más clásico. No es para menos, ya que toma como referencia a uno de los juegos de rol de mesa más queridos. Para los que no lo conozcan, Pathfinder ha sido desde hace años uno de los rivales principales de Dragones y Mazmorras. Con un sistema de juego similar, pero con mucha personalidad propia, Pathfinder se ha logrado hacer con toda una legión de fans.

Aún así, sus apariciones dentro del mundo del videojuego habían sido prácticamente anecdócticas hasta la llegada de este Kingmaker de la mano de Owlcat Games. Cabe destacar que este título se lanzó hace dos años en PC, y vio la luz gracias a un proceso de Kickstarter. Ahora nos llega esta edición definitiva que añade además sus 6 DLCs.

Este juego quiere construir algo único, quiere permitir a los jugadores más clásicos vivir una experiencia digna de Baldur’s Gate. Pero, ¿es capaz de conseguirlo? Antes de desvelarlo agradecemos a Koch Media por facilitarnos este código de análisis.

Una historia de leyendas

Desde el primer momento que nos ponemos a los mandos sabemos que estamos ante un juego que sabe lo que busca. Pathfinder: Kingmaker, quiere que vivamos una aventura épica, que avancemos por su mundo, conozcamos a sus personajes y realicemos todo tipo de hazañas. Para ello, cuenta con una gran historia que tiene todo lo necesario para mantenernos al pie del cañón durante su excelsa duración.

Y es que a las teclas de esta épica aventura tenemos a Chris Avellone, uno de los guionistas principales de juegos como Planescape: Torment o Fallout: New Vegas. Ambos títulos cuentan con una excelente narrativa, algo que se ha traído consigo a este Pathfinder: Kingmaker. Lamentablemente, tenemos que decir desde ya, que este juego no cuenta con una traducción al castellano. Es algo bastante problemático, ya que el juego cuenta con una gran cantidad de texto y necesitamos entenderlo para poder vivir su experiencia. En este caso me ha resultado bastante molesto ver que se ha traducido a otros idiomas como el alemán o el francés y el español ha caído en el olvido. Una verdadera lástima y sin duda la gran pega de este título.

Comenzaremos nuestra aventura con una gran prueba, conquistar las Stolen Lands, acabando de esta forma con el líder de un grupo de bandidos que aterroriza a todo aquel que las pisa. Si logramos este primer cometido podremos comenzar a gobernar este territorio. Sí, como lees, podremos gobernar, gestionando recursos, atendiendo a peticiones y construyendo edificios en nuestro nuevo reino. Así mismo, seguiremos viviendo numerosas aventuras con nuestro equipo.

Un gran diseño artístico

Con todo lo descrito hasta ahora, es difícil no emocionarse con un juego como este. Otro punto a destacar es su gran diseño artístico, es cierto que estamos ante un título que no cuenta con el mejor apartado técnico del mundo, pero siendo sinceros sus modelados y escenarios están muy bien resueltos. Las animaciones, pueden estar un poco peor, pero nunca veremos ningún estropicio.

A su vez, si durante los combates acabamos con un enemigo asestándole un golpe crítico este literalmente estallará, llenando las paredes y el suelo de sangre y vísceras. El efecto es sumamente espectacular, al igual que lo son sus magias y hechizos. Siendo junto con el diseño de enemigos de lo mejor del juego.

A pesar de este buen hacer, en ocasiones hemos encontrado problemas técnicos que empañan un poco la experiencia. Hablamos principalmente de congelaciones de pantallas que duran apenas un segundo, pero que acontecen con más frecuentemente de lo que nos gustaría.

A la aventura

Dejando atrás los aspectos más técnicos de este lanzamiento, estamos ante un juego que cuenta con unas posibilidades jugables casi infinitas. Esto tiene un gran mérito teniendo en cuenta que el Owlcat es un estudio independiente que ha creado este juego a través de un Kickstarter.

Antes de comenzar nuestra aventura tendremos que crear un personaje. Aunque es cierto que las posibilidades estéticas son más bien limitadas, las clases, subclases, razas y demás nos darán muchísimo juego para crear nuestra experiencia de juego. Además de que podremos contar con la opción de utilizar personajes multiclase, por lo que esta experiencia es totalmente rejugable, el límite lo pones tu.

Ya en la partida, veremos claramente que estamos ante un juego que rescata muchos elementos de los clásicos de Bioware, como el ya mencionado Baldur’s Gate o Neverwinter Nights, dos pesos pesados del género. Uno de los primeros elementos en los que no tardaremos en encontrar similitudes es el sistema de combate.

En este caso, podemos optar por dos modalidades, o bien un sistema por turnos que nos permitirá emular lo que se vive en una partida de papel y lápiz o bien un combate en tiempo real con pausas. El segundo caso, es el que hemos utilizado prácticamente durante toda nuestra aventura. El sistema se siente cómodo y ágil y es muy parecido al de los títulos anteriormente mencionados. Aunque claro, en esta ocasión con las reglas del manual de Pathfinder.

Un mundo por descubrir

El combate es uno de los puntos claves dentro de nuestra aventura, no es para menos siendo todos unos aventureros, pero no es lo único. La exploración del mundo de Pathfinder es vital para encontrar nuevos desafíos misiones y personajes. Para la exploración del mundo, se nos propone una especie de tablero por el que deberemos elegir diferentes caminos mientras vamos despejando la típica niebla de exploración. Cuando lleguemos a una localización, tendremos que decidir si adentrarnos en ella o no, hay algunas realmente peligrosas.

Durante nuestro viaje, tendremos que realizar descansos para no sufrir penalizaciones. En estos momentos de campamento se refleja perfectamente la experiencia que se vive en los juegos de mesa, donde cada uno de los personajes realiza una acción determinada. Por ejemplo, tendremos que hacer guardias, esconder nuestro campamento o ir de caza para no perder raciones. Así mismo, durante estos momentos de campamento, nuestros personajes aprovecharán para charlar e interactuar brevemente.

En sí, el sistema de exploración es bastante sencillo y se podría decir que intuitivo. Es muy placentero ir encontrando localizaciones y decidir qué hacer en cada una de ellas, ¿te ves capacitado para entrar en una tumba abandonada?

Tú decides

Con todo esto, hay un apartado que no hemos tratado hasta ahora y que es clave dentro de los juegos de rol, el poder de decisión. Pathfinder: Kingmaker, nos pone en nuestra mano la posibilidad de hacer prácticamente lo que queramos. Cada conversación nos dará diferentes opciones a elegir, dependiendo a su vez del alineamiento que hayamos elegido al inicio.

Es todo un placer ver cómo se han trabajado los diálogos y las posibilidades jugables. Pathfinder: Kingmaker, consigue transmitir al jugador que todo lo que haga tendrá una reacción a su alrededor. No sólo podremos tomar decisiones morales, sino que podremos intentar persuadir o bien intimidar a otros personajes para así por ejemplo evitar un combate.

Hay muchas situaciones que se construyen en base a esta toma de decisiones y que se siente realmente orgánico dentro de un juego como este. Algo que se extrapola y funciona a la perfección cuando gobernamos. En este punto tendremos mucho factores con los que trabajar. Tratando temas como la religión o la cultura de nuestro reino. En este último punto, encontramos un sistema muchísimo más profundo que lo visto en juegos como Pillars of Eternity.

Pathfinder: Kingmaker es infinito

Hasta este punto, te habrás dado cuenta de que estamos ante un juego soberbio en cuanto al contenido y posibilidades. Pero es que sólo hablamos de la versión base. La edición que nos llega a nuestras consolas nos añade nada más y nada menos que 6 DLCs que complementan la aventura principal.

Esto hace que estemos ante un juego que es prácticamente infinito, no sólo por su contenido, sino por todas las opciones jugables de las que disponemos. Es simplemente abrumador.

En mi opinión, Pathfinder: Kingmaker, es un título realmente esperanzador para los amantes del rol clásico. Tiene todo lo esperado para convertirse en todo un referente dentro del género, de hecho, jugar a esta primera entrega me ha hecho anotar en el calendario la salida de su secuela. No obstante, en su camino hacia la grandeza, ha sufrido algunos traspiés. El principal y más preocupante es su falta de traducción, algo que verdaderamente es un limitante, ya que se necesita un nivel alto de inglés para disfrutarlo. Así mismo, he echado en falta la opción de jugar en cooperativo a esta aventura, un añadido que las obras de Bioware ya tenían hace años. A pesar de todo esto, estamos ante una obra imperdible si eres amante de Pathfinder. Si te ha gustado este análisis recuerda que tienes muchos más justo aquí.